«DOÑA FRANCISQUITA», UNA MUJER DE ZARZUELA

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y el Teatro de la Zarzuela presentan «Doña Francisquita, una mujer de zarzuela», una visión retrospectiva  de esta comedia lírica y su influencia en la cultura española, coincidiendo con una nueva producción de la obra en el teatro madrileño.

La exposición, de acceso gratuito, presenta varias piezas relacionadas con la obra y sus principales representaciones, ocupando un lugar destacado la partitura manuscrita de 1923 de su compositor, Amadeo Vives, dos vestidos de escena diseñados por Franca Squarciapino para los personajes de Francisquita y Aurora y bocetos de vestuario. Además, se exhibe cartelería original de la obra, fotografía de producciones históricas y un conjunto de documentación variada, procedente de instituciones como la Asociación General de Autores y Editores, el Museo Nacional del Teatro de Almagro, la Filmoteca Española, la Fundación Juan March, el Centro de Documentación Teatral de Madrid, el Centro de Documentación y Museo de las Artes Escénicas de Barcelona, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid y el Museo Nacional del Romanticismo, así como de colecciones privadas.

La zarzuela «Doña Francisquita», fruto de la colaboración de los libretistas Federico romero y Guillermo Fernández-Shaw y el músico Amadeo Vives, se considera una de las obras importantes del género. Inspirada libremente en La discreta enamorada de Lope de Vega, narra la historia del amor de Francisquita por Fernando, quien a su vez está enamorado de la tonadillera Aurora, que no le corresponde.

La trama principal se enmarca en un ambiente castizo que retrata el Madrid romántico de mediados del siglo XIX de forma poética y fiel, creando cuadros de gran colorido y viveza. Sin embargo, la obra incorpora novedades de su época: la vuelta al bel canto impuesto por el verismo de Puccini, la asunción del avance en el lenguaje armónico y orquestal impulsado por el impresionismo y las modas teatrales del momento, aportadas por una opereta en auge y por la revista, pero también por los movimientos sociales y políticos.

La vitrina sobre la música de «Doña Francisquita» exhibe varios soportes que han permitido que la obra pueda conservarse en el tiempo, como la partitura manuscrita de Amadeo Vives, las copias litografiadas para la orquesta y el libreto para el público, así como registros sonoros de 1930, 1954 y 1994 (discos de pizarra, vinilos y CD), y la que se centra en su adaptación al cine recoge fotografías, carteles, bocetos para decorados y figurines para vestuario de las películas de Hans Behrendt (1934) y Ladislao Vajda (1952).

Después de recorrer los escenarios de España, la Gran Compañía Cómico-Lírica Amadeo Vives inició una gira internacional y llevó «Doña Francisquita» a México, Cuba, Perú, Uruguay y Argentina. La obra contó también con una versión francesa, que se estrenó en 1934 en la Ópera de Montecarlo y se representó después en el Teatro Real de la Moneda de Bruselas, y con una versión alemana, cuyas funciones tuvieron lugar en la Volksoper de Viena en 1954, como puede verse en las fotografías y carteles que se exhiben en la muestra.

Francisquita es uno de los personajes femeninos más populares y reconocibles en la zarzuela y ha aparecido en escena vestida por figurinistas de todas las épocas. Junto al vestido creado por Franca Squarciapino, se presenta una fotografía de la soprano María Bayo, que lo utilizó en las representaciones de la obra en el Teatro de la Zarzuela, en 1998. Completan este apartado los bocetos de los figurinistas Víctor María Cortezo (1956), Joaquín Esparza (1972), Javier Artiñano (1985), Emilio Burgos (1985), Rosa Engel (2010) y Alejandro Andújar (2019), encargado de la escenografía y el vestuario de la nueva producción en el teatro madrileño.

Este teatro ha acogido montajes muy diversos de «Doña Francisquita» desde 1924, cuando se presentó una primera producción del escenógrafo Manuel Fontanals. Además, fue la obra elegida para la gala de reapertura de la sala, en 1956, y se ha seguido renovando con diferentes propuestas para volver a ponerla en escena en 1972, 1998 y 2010, así como en 1985, cuando se estrenó como ballet con los bailarines del Ballet Nacional de España. Fotografías, bocetos de decorados y figurines dan prueba de ello.

Ahora, en 2019, la obra podrá verse en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, del 14 de mayo al 2 de junio, en una adaptación de Lluís Pasqual, coproducida por el Gran Teatre del Liceu y la Ópera de Lausanne, con una innovadora propuesta escénica que invita a reflexionar sobre la grandeza de los clásicos.

(Texto: Museo Nacional Thyssen-Bornemisza)